El coaching nace y se desarrolla a partir de la psicología humanista (1962).
Hasta ese momento el enfoque de la ayuda se orientaba fundamentalmente hacia el problema y sus causas.
El coaching propone una orientación hacia la solución, a través del descubrimiento y desarrollo del potencial de las personas.
Este se activa mediante un proceso de conciencia y responsabilidad, buscando la propia persona sus soluciones, desde los recursos que su potencial le aporta.
¿Qué necesita aprender el coach?
Es a partir del año 2000 que comienzan a establecerse escuelas de coaching en nuestro país, y es a partir de ese momento que comenzamos a contar en España con el coach como profesional.
El coach ha de formarse en las competencias necesarias para facilitar y hacer eficientes los principios que definen al coaching, como generador para las personas de:
- Conciencia – “alta calidad de auto comprensión de conocimiento relevante”.
- Responsabilidad – “la elección de tomar el control de uno mismo, en un sentir auténtico de la propiedad total sobre lo que hacer o incluso sobre lo que les sucede”.
(Definiciones de Conciencia y Responsabilidad de Sir John Whitmore en su libro “Coaching ”).
Hay diversas organizaciones que definen la profesión del coaching y las competencias con las que todo coach debe cumplir en su desempeño.
En nuestra escuela, CoachCreativo, estamos adheridos al código deontológico de la International Coach Federation – ICF, y cumplimos con los estándares de calidad que esta organización propone.
ICF es la mayor organización de coaches profesionales a nivel mundial (más de 26.000 repartidos entre más de 140 países) y la decana al contar con 21 años de trayectoria en la promoción de los más altos estándares éticos y de calidad en la profesión de coach.
La misión de ICF España consiste en trabajar para que la profesión de coaching sea ejercida con transparencia, ética y altos estándares de calidad.
Competencias clave
Esta organización propone 8 competencias clave a desarrollar, para el desempeño del coaching.
Los cimientos
El practicante del coaching debe demostrar la práctica del Código de Ético, que define los valores y principios fundamentales del coaching.
Son valores como la honestidad, la confidencialidad, el respeto, identificar las necesidades de cliente y si es el coaching lo que más le podrá ayudar, etc.
La propuesta para el estudiante es el desarrollo consciente de una mentalidad de coach, que le acerque a confiar en sus clientes, que le ayude a realiza el “juicio justo”, que más apoya y potencia a su cliente, hacia la búsqueda de sus propias opciones y soluciones.
En este aprendizaje el coach crece también como persona, pues aprende a identificar y gestionar su mundo emocional, llegando a ser la persona equilibrada, que puede transmitir calma, tranquilidad y confianza a sus clientes.
Co-crear la relación
Establecer acuerdos con su cliente, tanto logísticos como en cuanto a las metas del proceso del coaching y de cada conversación, es otra de las competencias clave.
El coach da lugar a un espacio seguro, a través de cultivar confianza, de tal manera que el cliente pueda abrir su mundo y expresarse con la seguridad de que no será juzgado.
La presencia del coach es otra de las competencias clave, que le lleva a algo tan extraordinario como educar y entrenar su atención, para estar con todos sus sentidos, por y para el cliente, en el acto consciente de acompañar.
Comunicar con efectividad
El proceso de coaching se desarrolla mediante la comunicación, cuya competencia principal para el coach es la escucha activa. Escucha de alta calidad, donde es tan evidente lo que se dice, como lo que no se dice.
Es este tipo de escucha – profesional – la que inspira al coach a realizar preguntas, y comentarios que facilitan provocar consciencia, descubrimiento, impacto.
Facilitar aprendizaje y crecimiento
Y es aquí, en el auto descubrimiento, donde el cliente puede ampliar sus perspectivas, tener otros enfoques y comenzar, tal vez a tomar decisiones de cambio.
El cliente, a lo largo del proceso aprende, de sí mismo haciendo, pensando y sintiendo. Y, sabiendo lo que quiere, a través del acuerdo, comienza a tomar decisiones de cambio, aprendizaje, o lo que necesite, para sentir que avanza y se desarrolla, hacia donde quiere ir.
Coaching y otras metodologías, para seguir aprendiendo
Todo profesional que trabaje con personas sabe la responsabilidad que supone y lo compleja que puede llegar a ser la naturaleza humana y las circunstancias que la rodean.
Un buen profesional se mantiene en formación continua y busca la manera de llegar a ser cada vez más eficiente en su trabajo.
Es por esto que la mayoría de los coaches proceden de otras metodologías de ayuda, o eligen formación en coaching que también se apoyan en otros métodos, como la psicología, la PNL, la gestalt, el DBM®, etc.
En nuestra escuela proponemos formación especializada en coaching personal.
Nuestro foco es el mundo interno de las personas y la repercusión que este tiene en lo que se proponen hacer, lograr o responder ante el mundo.
Como profesional esto requiere de amplios y profundos conocimientos de la naturaleza humana.
La metodología principal que aplicamos a nuestra formación es el Modelado Conductual Desarrollativo – DBM® – metodología creada por el escocés John McWhirter.
Hemos comprobado a lo largo de años de experiencia con nuestros clientes, que el DBM® aporta muchísimo al propósito del coaching y a la práctica de las 8 competencias que define ICF.
Con el DBM® podemos amplificar el nivel de escucha activa y acrecentar el estado de percepción y conciencia, el nuestro y el de nuestros clientes.
Es una metodología que permite comprender en profundidad la manera única en que nuestro cliente percibe su realidad, creando respuestas únicas y adaptadas para cada situación en particular.
El DBM® aporta al proceso de coaching profundidad, precisión y alta efectividad.
Un aprendizaje de alta calidad e impacto.
Un coach formado consigue ofrecerle a su cliente un espacio de conversación extraordinario.
El cliente logra entenderse a sí mismo, disfrutando de explorar y describir con claridad lo que quiere.
Aprende a leer en su mundo emocional, descubriendo sus propios recursos, y en definitiva toma las riendas de su “juego interior”, de sus circunstancias, de su realidad, y de su capacidad de crear y llegar a ser.
El gran beneficio de formarte como coach
El/la alumn@ del coaching, al aprender, desarrollar e integrar esta clase de competencias, no solo se forma, sino que también se transforma.
Su propia percepción de la realidad se amplifica, y experimenta un desarrollo extraordinario de habilidades y competencias para aplicar en el área de las relaciones humanas.
De esta forma estará contribuyendo, de manera emocionante, a la construcción de un mundo de relaciones interpersonales más saneado, colaborativo y constructivo.
SABER MÁS SOBRE…
CURSO de INICIACIÓN al COACHING PERSONAL
CURSO SUPERIOR en COACHING PERSONAL
Formación acreditada por la International Coach Federation – ICF
Muy buen post! ¿Qué puertas me abrirá laboralmente formarme como coach?
Saludos